9/12/2005

Vendiendo Proyectos

Normalmente en el mundo de la consultoría estás más cerca de la cúspide de la organización cuanto mayores son tus responsabilidades comerciales.

No obstante cada vez veo más como esta situación se va modificando poco a poco, ya que tenía efectos colaterales indeseados.

Podía ocurrir que un magnifico jefe de proyecto se viese disparado a la gerencia sin tener, no digo ya conocimientos, sino ganas de vender motos, o al contrario, un mediocre jefe de proyecto pero con una clarísima vocación comercial, nunca llegara al puesto para el que estaba mejor dotado.

En último extremo, te veías obligado a abandonar al empresa por no tener una vocación comercial ajustada a los estandares de la organización en la que trabajabas.

Parece ser que lo que se lleva ahora es el tema de “Profesiones”, es decir un programador puede elegir que su carrera sea esa programar, sin preocuparse de tener más responsabilidades en el futuro. Lógicamente esa empresa ganará en imagen, al tener unos programadores de un nivel superior a la media.

Hablando del tema de vender Proyectos, siempre he creido sinceramente que los consultores somos útiles a la empresa, por muy diversos motivos, desde el típico de poner en boca de otro lo que tu quieres decir hasta poder contar con expertos conocedores de una determinada herramienta que deseas implantar.

Ahora bien el consultor intenta vender cuanto más mejor, de modo que en ocasiones los propios proyectos acometidos van en contra de las necesidades del cliente. Lo malo es que muchas veces, el cliente no es consciente de la situación, bien sea por desconocimiento, bien sea por luchas internas a corto plazo, etc.
Este mundo está loco (no sólo el de la consultoría), en mi empresa anterior mantenían que un crecimiento “sano” debería ser uno de dos dígitos cada año. Eso suponía, crecer entre tres y cuatro veces por encima de la economía nacional y en último extremo tener un horizonte de monopolio en 20 años.

Al final todo sigue igual
¿Habéis trabajado en un Proyecto que sabiais desde el principio que nunca se implantaría?
¿Descubris al volver a ver a un cliente que vuestro trabajo se encuentra guardado a buen recaudo en un cajón?

4 comments:

Unknown said...

Si, a las dos preguntas.

Anonymous said...

Bueno, lo de las profesiones es relativo. Al final tienes un límite en sueldo que hace que nadie quiera seguir programando de por vida.

Sin embargo, el problema de tener comerciales que sólo venden es que, a veces, se venden imposibles. Y cuando ya está firmado, le emplumo a otro la producción imposible.

Respecto a tus preguntas, hace dos días me enteré que el primer proyecto en el que estuve ya no funciona (y no fué hace tanto y además era algo gordo). Y de la segunda, alguna vez he visto algo parecido.

Anonymous said...

Oscar, dices que el límite de sueldo hace que nadie quiera seguir programando de por vida, por esta afirmación deduzco que también eres consultor (como yo lo era, y compartía el punto de vista).

La afirmación es cierta en tu entorno, pero hay otros mundos. Y en esos, es falsa. Hay gente feliz con ganar 20-25.000 euros y subidas del IPC, con pocas ganas de llegar a analista y ninguna de ser gerente o directvo. Solo quieren su horario fijo, sus pagas y las complicaciones justas. Estas personas existen, pero no son consultores.

Al post original: SI, SI. Incluso ahora inicio proyectos con serias dudas sobre su implantación (y es "mi dinero").

Anonymous said...

Rafa: tienes razón. A veces nos cuesta ver "más allá". Pero en la consultoría los sueldos para los programadores no son tan brillantes. Al menos, no en la mayoría de los casos.

Actualmente, en muchas consultoras se contrata en el entorno de los 15.000 € a gente sin experiencia. Si tienes más experiencia puedes subir a 20.000 € pero lo más probable es que te pidan algo más que programar. Por eso es tan raro que alguien se quiera quedar y tan normal que muchos programadores deseen salirse a un cliente final.

Tampoco trabajo en RRHH, así que igual me columpio con las cifras, pero creo que están en ese orden de magnitud.